Desde principios de octubre he estado metido de lleno en un proyecto que me ha exigido estar al 100% y mimarlo en cada detalle, es por eso que tuve que hacer un parón en el podcast.
Ese parón se nota.
Se nota en el feed sin tiempo a editar nuevos episodios.
Se nota en las personas que me escriben:
“¿Cuándo sale mi episodio?”
Y, sobre todo, se nota dentro de mí, porque sé que detrás de cada episodio hay tiempo, ilusión y mucha confianza puesta en este espacio.
A veces, desde fuera solo se ve el resultado final: una portada, un título llamativo, un vídeo bien editado.
Pero Vida Emprende Podcast no es solo eso.
Es coordinar agendas, pelear con horarios imposibles, cuadrar husos horarios, preparar guiones, estudiar a la persona invitada, montar el set o coordinar la retransmisión online, grabar, revisar el audio, editar, publicar, difundir… y, además, hacerlo con cabeza, corazón y respeto.
Este otoño la vida me pidió priorizar.
Y, aunque el podcast haya tenido que frenar, las conversaciones no han dejado de existir.
Siguen ahí, en bruto, esperando su momento: guardadas en carpetas, en discos duros, en notas que escribí justo después de cortar la llamada para no olvidar la emoción que me dejaron.
Detrás de cada una de esas grabaciones hay alguien que, en medio de su vida, dijo:
“Sí, Alejandro, me apunto. Reservo una hora (o más) y hablamos”.
Ese “sí” es oro.
Y por eso este artículo no va solo de justificar un parón. Va de lo que hay detrás cuando el botón de REC se apaga y la vida continúa.
Un homenaje a quienes aún no habéis salido (pero ya sois parte de Vida Emprende Podcast)
Este espacio se llama Después del Micrófono porque aquí me gusta contar lo que no siempre se ve en el episodio final. Hoy lo quiero usar para algo muy concreto: hacer un pequeño homenaje a quienes estáis pendientes de salir.
A las personas que ya se han sentado conmigo delante de la cámara:
Marisela, Gerardo, Zuri, David Casas, Alejo Ecube, Miguel, Josep Lorenzo, David Blasco, Cristóbal, Marcos, Seba…
y a quienes no nombro pero os reconocéis al leer esto.
A todas y cada una de vosotras/os:
💬 Gracias por vuestro tiempo.
Por encender la cámara después de un día largo.
Por compartir aprendizajes, miedos, fracasos y victorias sin filtro.
⏳ Gracias por vuestra paciencia.
Sé que muchos esperabais ver ya vuestro episodio publicado.
Sé lo que implica reservar un hueco en la agenda, abrirse, confiar… y luego esperar. Esa espera a veces pesa más de lo que aparenta, y por eso quería mirarla de frente y no esconderme detrás de un “cuando pueda lo saco”.
🙏 Os debo una disculpa.
Si en algún momento habéis sentido silencio por mi parte, no ha sido por falta de importancia, al contrario. Precisamente porque valoro lo que aportáis, no quería sacar vuestros episodios “como fuera” ni tratarlos como simple contenido para rellenar huecos.
Merecen el cuidado que pusisteis al compartir vuestra historia.
🚀 Y os debo también una promesa:
lo que hemos grabado no se queda en un disco duro.
Este parón no es un punto final, es un respiro antes de la siguiente temporada.
Los episodios que vienen son el reflejo de un año intenso: historias de reinvención, de segundas oportunidades, de emprendimiento real, de personas que se atreven a contar también la parte que no brilla.
Considerad este artículo como un adelanto:
una forma de deciros públicamente que ya sois parte de la familia de Vida Emprende Podcast, aunque todavía no haya salido el “episodio oficial”.
Si estás leyendo esto y formas parte de las entrevistas grabadas este año: gracias por confiar en nosotros y en este proyecto.
Gracias por creer que vale la pena parar un rato tu vida para tener una conversación profunda, de esas que te remueven y dejan huella.
Y si sigues el podcast desde fuera, quédate con esto:
detrás de cada episodio hay personas que apuestan por compartir su historia sin saber del todo a quién va a llegar.
Mi compromiso es cuidar esas historias, aunque a veces eso signifique ir más lento de lo que me gustaría.
Nos vemos muy pronto de nuevo en el feed…
y, mientras tanto, aquí, después del micrófono, donde todo esto cobra sentido. 💛















